Amo este concepto, un gran desconocido, que para mí muestra el enlace indisoluble que nos une a los ciclos de la tierra.
Tan poco nos han enseñado del paso del estaciones y cómo inciden en nuestras aguas, en la tierra que somos, el aire que nos envuelve y habita y el fuego que nos enciende y reúne.
Estamos entrado este estado profundo de otoñar, y hay tantas maneras de transitarlo como personas en este hemisferio. Pero sin dudas nos convoca a activar la escucha interna, a abrirse camino al vacío invernal que poco a poco se acerca.
Nos invita a cuidar esa pequeña llama que llevamos dentro y recordar que siempre está ahí, al alcance de la conciencia para abrigarnos en tiempos fríos.
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